Escapada con sabor a mar y desconexión asegurada en Bretaña Norte

Todo listo para tomar el GR® 34 o sendero de los aduaneros. Paseo bretón por excelencia y garantía de un buen chute de energía mineralizante. Entre Saint-Lunaire y Saint-Briac-sur-Mer, la Costa Esmeralda nos revela sus reflejos versátiles y caprichosos. A lo largo del recorrido, grandes playas de arena fina, calas íntimas y cabos rocosos. Después del esfuerzo, tus clientes se reponen cómodamente en el castillo de Nessay, en Saint-Briac-sur-Mer. En su península, este fabuloso edificio del siglo XIX ofrece una pausa gourmet de ensueño frente al mar. En la terraza los días soleados o junto a la chimenea en invierno: el ambiente desprende magia en cualquier temporada.

Vista, olfato y oído a toda máquina. El cabo de Erquy es uno de esos extraordinarios paisajes bretones que ponen a trabajar todos los sentidos. En sus acantilados de landas, tojos y brezos, nos zambullimos en una apacible contemplación. También sucumbimos a la tentación de mojarnos los pies en playas de aguas transparentes. ¡De lo más estimulante para el organismo! Durante el paseo atravesamos increíbles lagos azules situados en pleno corazón de antiguas canteras de arenisca rosa. Un lugar único y una hermosa sorpresa en el GR ® 34.

¡Una mañana disfrutona al máximo!
Primera opción para tus clientes: relajarse en el spa marino de Val-André y liberar tensiones con un tratamiento mineralizante. Envoltura de algas, baño termal con hidromasaje de agua de mar, masaje bajo lluvia marina… La relajación en su máxima expresión.
Segunda opción: una sesión de marcha acuática o senderismo acuático en la gran playa del Val-André. Apta para todo el mundo, esta actividad es revigorizante y relajante. No necesitas llevarte nada; nosotros te facilitamos el equipo. En Bretaña, la marcha acuática se practica todo el año.

Te proponemos una escapada por la costa de Goélo. El paseo atraviesa los acantilados de Plouha, los más altos de Bretaña, desde donde se divisa el bonito puerto de Gwin Zegal, cuyos barcos están amarrados a pilotes. Es uno de los pocos puertos de este tipo en Francia. Pintoresco y atípico a rabiar. Un alto en Paimpol deja tiempo a tus clientes para recorrer sus animados muelles bordeados de fachadas coloridas, admirar sus hermosas casas de armadores y hacer compras. Preciosas tiendas repletas de ideas de regalos y recuerdos «made in breizh». No podemos irnos sin probar la especialidad local: la ostra cóncava de la bahía de Paimpol. A continuación, retomamos el camino hasta Perros-Guirec.

Desde Perros-Guirec, ponemos rumbo a la Costa de Granito Rosa en paddle surf o kayak. Ideal para acercarse suavemente a sus rocas de formas sorprendentes, abordar sus calas de aguas turquesas… y disfrutar de un paseo náutico insólito en un marco idílico. Los principiantes son bienvenidos. ¿Le gustan a tus clientes los deportes de agua? Vamos a la playa de Trestraou, el enclave surfista de Perros-Guirec, para iniciarse o perfeccionar su take-off. Además, desde la playa, justo enfrente, las vistas al archipiélago de Siete Islas quitan el sentido.

Relajación en todas las plantas de Roz Marine, en Perros-Guirec. Qué delicia sumergirse en la primera planta de este centro de talasoterapia en unas aguas a 29 C o 31°C… ¡vistas al mar incluidas! En el recorrido celta, se alterna el baño turco o la sauna con duchas heladas: un choque térmico sorprendente, pero también una gran sensación de bienestar. Su jardín de invierno es un auténtico remanso de paz entre dos tratamientos. ¿Qué hacemos con los niños? Los llevamos al Kids Club. Como broche de oro, aperitivo en la terraza del Castel Beau Site, disfrutando de un hermoso atardecer en las rocas rosas.