De Rennes a Quimper, visita el sur de Bretaña en tren

Qué agradable es pasear por Vannes (a 1 hora en tren de Rennes). Tras sus magníficas murallas, esta Ciudad de Arte y de Historia ha conservado su carácter (y su encanto) medieval con sus calles empedradas y sus casas de entramado de madera de colores. ¿Un consejo? Haz una visita guiada para impregnarte mejor del patrimonio y la historia de la «ciudad de los vénetos». Tus clientes también descubrirán una ciudad moderna con sus terrazas animadas, sus modernos concept stores, sus obras de arte callejero omnipresentes… Y, un poco después del puerto, su hashtag Vannes.

Un paseo tranquilo a orillas del golfo de Morbihan. Desde las murallas de Vannes, hay una hora de paseo hasta la península de Conleau. Allí, en el muelle, de abril a octubre, un barquero hace la travesía hacia Séné, enfrente. Siguiendo el circuito «Sentier des Gabelous» (14,5 km, 4 horas), tus clientes descubren Port-Anna, puerto de amarre de los sinagots, antiguos veleros emblemáticos del golfo. También atravesarán parques de ostras, que pueden probar en Captain Marée o La Belle d’Ilur. Sin olvidar las bonitas vistas a las islas: Boëdic (privada) y Boëde, clasificada «Espace Naturel Sensible» (Espacio natural sensible). ¡Un entorno marítimo de lo más pintoresco!

Desde Séné podemos embarcar rumbo a la isla de Arz. Preferiblemente en temporada baja, para disfrutar realmente de la tranquilidad de la isla. Se recorre en unas horas a pie. A tus clientes les encantarán sus paisajes salvajes, su pueblo con callejuelas floridas y las vistas incomparables al golfo de Morbihan. Nos tomamos un descanso para darnos un baño en sus bonitas calas. Tampoco hay que perderse el molino de marea de Berno, sobre su dique. La visita al museo «Marins et capitaines», por su parte, nos sumerge en la historia marítima de Arz. El regreso puede hacerse directamente a Vannes. ¿Sabes qué sería un buen plan? Pasar una noche en esta isla mágica y atemporal.

El golfo de Morbihan, visto desde el agua es, si cabe, aún más hermoso. Durante un paseo eco-friendly, tus clientes disfrutan apaciblemente de sus paisajes, sus islas, sus aves…

1. Opción 1 : embarcar en Séné, en el Corbeau des Mers, un barco declarado Monumento Histórico, que respondió al llamamiento del 18 de junio de 1940. Sin motor, a bordo, todos maniobran para izar la vela mayor capitaneados por Eric, que conoce el golfo como la palma de la mano.
2. Opción 2 : subirse a un kayak y pasear surcando las aguas. Ideal para sentir la fuerza de la corrientes y la influencia de las mareas. Con posibilidad de solo alquiler o de paseo acompañado, desde Séné, Baden o Arradon.

Antes de pasar un día en el mar, llenamos la cesta con productos locales de calidad. Una vuelta por el mercado de Vannes (miércoles y sábado por la mañana) o por el mercado cubierto de Lices (abierto por la mañana) permite observar las riquezas de la tierra del golfo de Morbihan. Pescados y ostras, embutidos, frutas y verduras, kouign-amann, chocolates… Algunas especialidades también se pueden descubrir en las tiendas intramuros, como las delicias dulces y saladas de la Biscuiterie des Vénètes, el salmón del «Fumage Artisanal D’Arzon», la sal de Saint-Armel, la sidra Nicol o las cervezas de la microcervecería Awen. No te faltarán ideas de regalos para llevar.

Desde Vannes, llegamos a Lorient en 30 minutos en tren. Hay bicicletas para alquilar a la salida de la estación. Tus clientes quedarán cautivados por esta ciudad de los seis puertos. Incluido el de los multicascos de competición, en el barrio Lorient-La Base. Un lugar de moda con sus terrazas, sus tiendas, como 727 Sailbags, que recicla velas de barcos en bolsas, cojines… y la Cité de la Voile. Su visita es un must para sumergirse en el mundo de las regatas de alta mar (para particulares y grupos, en francés y en inglés). También podemos embarcar con un patrón o lanzarnos en tirolina sobre el agua a 60 km/h. ¡Emociones garantizadas! En agosto, acude al Festival Intercéltico de Lorient, un gran evento festivo en torno a las músicas celtas tradicionales… o más modernas.

¿Para cruzar la bahía de Lorient? Dos opciones: embarcar en Key Largo, una magnífica lancha de motor híbrido para una excursión privada (hasta Port-Louis) o tomar el barco-autobús (se permite bicicleta). En Port-Louis, tus clientes pasean por una bonita ciudad dominada por su hermosa ciudadela. Desde sus murallas, las vistas a la ensenada son magníficas. En el interior, el Museo de la Compañía de Indias rememora la historia de un comercio marítimo impregnado con el aroma de las especias. Ambiente «fin del mundo» en la península de Gâvres, que se puede recorrer fácilmente a pie. Nos encantan sus casas de pescadores, sus playas de dunas, su Maison Glaz (un tercer lugar ecológico muy agradable)… Enfrente, la isla de Groix.

Próximo destino: Cornouaille. A orillas del Odet, Quimper es la quintaesencia de la ciudad bretona. Con sus calles empedradas, sus casas con entramado de madera, su catedral de Saint-Corentin con impresionantes agujas góticas… Aviso a los amantes del arte: la colección del Museo de Bellas Artes es una de las más completas de Francia. Quimper es también la cuna de la loza: una visita a la fábrica es imprescindible para descubrir cómo se diseña el famoso cuenco bretón. Tampoco dejes de visitar los talleres de Armor Lux, que fabrica la atemporal (e indispensable) camiseta marinera. Terminamos el día saboreando una cerveza «Made in Breizh», en la Baleine Déshydratée… ¡ambiente festivo asegurado!

Quedamos en el centro náutico de Quimper, cuyo edificio se parece a un barco. Tus clientes se suben a un kayak para un bonito descenso del Odet. Es uno de los ríos más hermosos de Francia, virgen y salvaje. Navegamos plácidamente durante 14 km, en un paisaje de azules y verdes, hasta Bénodet, localidad costera «5 estrellas» y perla de la Riviera bretona. Un paseo por la cornisa, un baño en una playa de arena blanca… y tus clientes regresan en lanzadera a Quimper. Según la marea, este paseo, accesible desde los 5 años, puede realizarse en el sentido Bénodet-Quimper. Para los menos deportistas, la excursión también es posible en barco-crucero.